Una mejor forma de encontrar tu próximo automóvil

Compramos cada automóvil que probamos, de la misma manera que lo hacen los consumidores. Los integrantes de nuestro equipo de pruebas de automóviles conducen cada automóvil más de 2,000 millas para obtener experiencia en el mundo real y, al mismo tiempo, trasladarse y convivir con el vehículo, como cualquier consumidor lo haría. Eso también permite que los componentes del vehículo “se aflojen”. Después de eso, sometemos nuestros vehículos a una batería de más de 50 pruebas en nuestro establecimiento. Evaluamos la aceleración, el frenado y la economía del combustible, y también evaluamos calidades ergonómicas como la comodidad de los asientos, la capacidad de carga y la capacidad de uso de los controles y los sistemas de información y entretenimiento.

Nuestra prueba en carretera también mide los aspectos dinámicos de la seguridad del vehículo, como las distancias de frenado y la velocidad y la confianza con que nuestros conductores de prueba pueden completar nuestra maniobra de evitación de accidentes.

El personal del centro de pruebas de automóviles de Consumer Reports ha estado probando y evaluando los sistemas y el desempeño de los autos durante más de 6 décadas. Podemos distinguir cuando el fabricante de un automóvil se saltaron pasos o tomaron atajos, y prestamos mucha atención a las mejoras y las omisiones en cada nuevo vehículo que puedan ser importantes para los consumidores.

Analizamos más de 740,000 vehículos que poseen nuestros suscriptores como parte de nuestra encuesta automovilística anual de 2015, en relación con cualquier aspecto de la confiabilidad de los vehículos. Esto incluye cualquier problema, desde fallas eléctricas hasta repuestos en la transmisión, que pueda requerir una visita a la concesionaria o al mecánico para un arreglo. Esa información ayuda a los consumidores a ver qué tan problemático puede ser un modelo en particular.

Tenemos datos valiosos de varias décadas para rastrear las tendencias históricas, y nuestra encuesta anual incluye automóviles de hasta 15 años de antigüedad, lo que muestra por qué los problemas pueden volverse más prevalentes a medida que tu automóvil es más antiguo.

Para un modelo 2016, la predicción de confiabilidad de un automóvil nuevo se calcula realizando un promedio de los puntajes de confiabilidad de los últimos 3 años de producción, siempre que el modelo no haya cambiado en forma significativa durante ese tiempo. Si nos faltan datos, prevemos la confiabilidad sobre la base de los antecedentes generales de la marca en la construcción de vehículos de alta o baja calidad, así como la confiabilidad de la generación anterior de ese modelo en particular. No recomendaríamos ningún vehículo probado con una confiabilidad inferior a la promedio.

Nuestros datos, combinados con nuestro conocimiento técnico, nos permiten prever la confiabilidad de nuestros modelos nuevos y rediseñados. Por ejemplo, es probable que un vehículo con una larga tradición de fuerte confiabilidad y muchas partes que se conserven iguales, como el Toyota Prius, obtenga un fuerte puntaje de confiabilidad previsto. Por el contrario, un modelo todo nuevo, como el Volvo XC90, con muchas partes nuevas,  probablemente experimente una disminución en la confiabilidad en su primer año, pero puede mejorar con el correr de los años del modelo.

Nuestras calificaciones de satisfacción del dueño incluyen datos de más de 230,000 vehículos de menos de 3 años de antigüedad. La encuesta les pregunta a los dueños, en esencia, si volverían a comprar el auto que tienen ahora de nuevo.

Los automóviles subcompactos, por lo general, obtienen bajas calificaciones porque tienden a ser autos de entrada para los compradores con un presupuesto reducido y que no les brindan muchas satisfacciones. Sin embargo, los vehículos más convencionales, sedanes de tamaño mediano y VUD, tienden a generar una lealtad más sólida en los consumidores. Cuando un vehículo presenta baja satisfacción del dueño, hay una bandera roja o una señal de advertencia.

La satisfacción del dueño refleja tanto la experiencia como las expectativas. Por ejemplo, varias marcas de lujo han descendido en el mercado, hacia el área de los $30,000. Nuestros datos más recientes muestran que muchos compradores de esos automóviles “de ingreso al lujo” no están satisfechos, porque sienten que la marca no mantuvo su promesa de lujo en lo relativo a los terminados o al desempeño de ese modelo.

En el caso de los modelos rediseñados y nuevos, aún no tenemos datos sobre la satisfacción del dueño, por lo que usamos datos sobre la generación anterior y modelos similares de la misma marca o del mismo tipo de vehículo para formular un puntaje de satisfacción del dueño.

Una estructura vehicular bien diseñada puede salvarte la vida. Por ese motivo, incluimos la seguridad en nuestro puntaje general.

Factorizamos los resultados de las pruebas de choque realizadas por la Administración Nacional de Tráfico de Autopistas y el Instituto de Seguros para la Seguridad en la Carretera.

En cualquier vehículo que reciba una calificación Marginal o Baja en una prueba de choque se deducirán puntos del puntaje general. Los que tengan un puntaje Bajo no pueden recibir una recomendación de Consumer Reports.

También tenemos en cuenta el hecho de que un vehículo tenga características avanzadas de prevención de choques como atributos estándares. En Consumer Reports, creemos que la seguridad es para todos. Si un vehículo ofrece sistemas de alerta de riesgo de colisión frontal [FCW] y/o frenado automático de emergencia [AEB] como características estándares en toda la línea del modelo, damos una valoración adicional por esa tecnología.

Creemos que los sistemas de FCW y AEB son los avances en materia de seguridad más importantes desde el advenimiento del control de estabilidad electrónico. No obstante, los vehículos que ofrezcan estas características como una opción o únicamente en niveles de la gama superior no experimentarán cambios en su puntaje.

Se aplica la atribución de puntos extra en nuestra calificación de seguridad a los sistemas de alerta a cualquier velocidad o que aplican los frenos en forma automática, sin una advertencia, a los sistemas que advierten y aplican un frenado autónomo en velocidades urbanas de menos de 55 mph, y a los sistemas que advierten un posible choque y aplican automáticamente los frenos a velocidades urbanas y de autopista.