Otis Nash trabaja 6 días a la semana en dos trabajos, como guardia de seguridad y como técnico de control de plagas pero aún así batalla para completar el pago mensual de $190.69 de su seguro automotor de Geico para su Honda Civic LX modelo 2012.

“Estoy al borde del desamparo”, dijo Nash, originario de Chicago de 26 años que mantiene a su esposa y a su hija de 7 años. Pero “sin un auto, no puedo llegar a trabajar y entonces no puedo pagar mi renta”.

Del otro lado de la ciudad, Ryan Hedges tiene una póliza de seguro similar con Geico. Ambos conductores recibieron un descuento por buen conductor por parte de la compañía.

Sin embargo Hedges, que es un ejecutivo de publicidad de 34 años, únicamente paga $54.67 al mes para asegurar su vehículo utilitario deportivo Audi Q5 Quattro del 2015. Nash paga casi 4 veces lo que paga Hedges a pesar de que su dilapidado vecindario, East Garfield Park, con sus lotes vacíos y alto índice delictivo, en realidad es más seguro desde el punto de vista de una aseguradora automotriz que Lake View, el vecindario más elegante de Hedges cerca de Wrigley Field.

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En promedio, de 2012 a 2014, las aseguradoras de Illinois pagaron 20% menos por reclamaciones de lesiones corporales y daños a la propiedad en el código postal de minorías de Nash que en el de Hedges en donde vive principalmente gente blanca, de acuerdo a datos obtenidos por la comisión de aseguradoras del estado.  Pero Nash paga 51% más que Hedges por esa porción de su cobertura.

Durante décadas, se ha visto cómo las aseguradoras han cobrado primas más altas en promedio a conductores que viven en vecindarios urbanos en donde predominan las minorías, que a conductores con historiales de seguridad similares que viven en vecindarios predominantemente blancos. Las aseguradoras han defendido sus precios por mucho tiempo diciendo que el riesgo de accidentes es mayor en estos vecindarios, aún para los conductores que nunca han tenido uno.

Pero un análisis, el primero en su género, realizado por ProPublica y Consumer Reports, que examinó las primas y pagos de seguros automotores en California, Illinois, Texas y Missouri ha encontrado que muchas de las disparidades en precios de los seguros de autos entre vecindarios de minorías y de blancos son mucho más amplias de lo que las diferencias de riesgo pueden explicar. En algunos casos, las aseguradoras como Allstate, Geico y Liberty Mutual estaban cobrando primas que eran en promedio 30% más altas en códigos postales en donde la mayoría de los residentes son minorías que en los vecindarios más blancos con costos de accidentes similares.

Nuestros hallazagos documentan lo que los defensores de los consumidores han sospechado durante mucho tiempo: a pesar de que hay leyes en casi cada estado que prohíben el establecimiento de tarifas discriminatorias, algunos vecindarios de minorías pagan primas de seguros de autos más altas que las áreas blancas con reclamaciones con pagos similares. Esta disparidad podría deberse a una forma más sutil de hacer redlining, un término que se refiere tradicionalmente a negar servicios o productos en áreas minoritarias. Y, ya que las minorías tienden a quedarse atrás de los blancos en ingresos, podrían estar muy presionados para poder realizar los pagos más altos.

Rachel Goodman, abogada de planta del programa de justicia racial de American Civil Liberties Union (ACLU), dijo que los descubrimientos de ProPublica eran angustiosamente familiares. “Estos resultados entran dentro de un patrón que vemos demasiado seguido – las disparidades raciales supuestamente son resultado de diferencias en riesgo, pero esa justificación se quiebra cuando investigamos a más profundidad la información,” ella dijo.

“Ya sabemos que el código postal importa demasiado en nuestra sociedad segregada,” dijo Goodman.  “Es desalentador ver que, además de limitar las oportunidades económicas, vivir en el código postal incorrecto puede significar que tendrás que pagar más por tu seguro de auto sin importar si tú y tus vecinos son conductores seguros”.

El Instituto de Información de Seguros (III), una grupo de comercio que representa a muchas aseguradoras, disputó los descubrimientos de ProPublica. “Las compañías aseguradoras no recolectan ninguna información sobre la raza o la etnicidad de las personas a quienes les venden las pólizas. No discriminan con base en raza,” dijo James Lynch, actuario en jefe del instituto.

El impacto de la disparidad en los precios de seguros puede ser devastador, una barricada para la movilidad ascendente o para apenas sobrevivir.  La cobertura de un seguro de autos es requerida por ley en casi todos los estados. Si un conductor no puede pagar un seguro, puede enfrentarse a multas por conducir sin seguro, pueden suspenderle su licencia y eventualmente terminar en la cárcel por conducir con una licencia suspendida. Los precios más altos también incrementan la carga en aquellos que menos pueden soportarla, forzando a los consumidores de ingresos bajos a elegir proveedores más baratos y de dudosa reputación o a renunciar a otras necesidades para pagar la cuenta del seguro de su auto.

No está completamente claro por qué algunas de las principales aseguradoras de autos insisten en tratar a los vecindarios de minorías de forma diferente. Podría ser, en parte, un vestigio de antiguas prácticas que se remontan a una época en la que los negocios estadounidenses rutinariamente discriminaban en contra de los clientes que no eran blancos. También es posible que los algoritmos de propietarios utilizados por las aseguradoras pudieran favorecer a los vecindarios blancos sobre los  de minorías inadvertidamente.

Hemos limitado nuestro análisis a los 4 estados que liberan el tipo de información necesaria para comparar pagos de seguros por geografía. Aún así, estos estados representan el espectro  de la supervisión del gobierno sobre la industria aseguradora. California es el mercado de seguros más regulado en los Estados Unidos e Illinois, uno de los menos regulados. Además, algunas aseguradoras cuyos precios parecen variar dependiendo de la demografía del vecindario, operan nacionalmente. Esto trae el prospecto de que muchos vecindarios de minorías a lo ancho del país podrían estar pagando demasiado por sus seguros automotores, o que los vecindarios blancos estén pagando muy poco.

Esta investigación marca el primer uso de la información de pagos de la industria para medir disparidades raciales en las primas de seguros de autos a través de los Estados. Es parte del estudio de ProPublica  sobre el poder oculto en los algoritmos en nuestras vidas – desde las ecuaciones que determinan a los mejores vendedores de Amazon hasta los cálculos utilizados para predecir la probabilidad de que un individuo cometa crímenes en el futuro.

Nuestro análisis examinó más de 100,000 primas cobradas por seguros de responsabilidad civil; la combinación de lesiones corporales y daños a la propiedad que representa la cobertura mínima que los conductores compran en cada uno de estos estados. Para emparejar o igualar las variables relacionadas a los conductores como la edad e historial de accidentes, limitamos nuestro estudio a un tipo de cliente: una mujer de 30 años con un historial de manejo seguro. Entonces comparamos esas primas, provistas por Quadrant Information Services, a las cantidades promedio pagadas por aseguradoras por reclamos de responsabilidad en cada código postal.

En California, Texas y Missouri, nuestro análisis se basa en información estatal que cubre reclamaciones de seguro recibidas y pagos por las aseguradoras del estado durante el periodo más reciente de 5 años para el que había información disponible. En Illinois, la información cubre un periodo de 3 años. Definimos los códigos postales de minorías como aquellos que tenían más del 66% de sus residentes no blancos en California y Texas. En Missouri e Illinois lo definimos como más del 50%  para poder tener una muestra lo suficientemente grande.

En los 4 estados encontramos aseguradoras con diferencias relevantes entre las primas cobradas a vecindarios de minorías y no minorías con el mismo riesgo promedio. En Illinois, de las 34 compañías que analizamos, 33 de ellas estaban cobrando al menos 10% más, en promedio, por el mismo conductor seguro en códigos postales de minorías que en códigos postales blancos con riesgos comparables. (La excepción fue la subsidiaria de USAA, Garrison Property & Casualty, que cobró 9% más). En Illinois, 6 aseguradoras, incluyendo Allstate, que es la segunda aseguradora más grande en el estado, tuvieron diferencias en promedio de más del 30%.

Mientras que en Illinois, las disparidades se mantuvieron más o menos iguales de los códigos postales más seguros a los más peligrosos, en otros 3 estados, las disparidades fueron confinadas a los vecindarios de mayor riesgo. En estas circunstancias, los precios para los vecindarios blancos se mantuvieron más o menos iguales conforme el riesgo se incrementaba, mientras que las primas de los vecindarios de minorías subieron.

En Missouri y Texas, al menos la mitad de las aseguradoras que estudiamos cobraron primas más altas por un conductor seguro en una comunidad minoritaria de alto riesgo que en las comunidades de no minorías también con más riesgo. Y aún en California, con tantas regulaciones, encontramos 8 aseguradoras que estaban cobrando precios 10% más altos, en promedio, que a códigos postales con riesgos similares en donde una mayor cantidad de residentes eran blancos.