Uno va al hospital para recuperarse. Pero en muchas ocasiones, sucede lo contrario. Uno de cada 25 pacientes, es decir, alrededor de 720,000 estadounidenses cada año, contraen una infección mientras están en el hospital. Y estamos hablando de infecciones complicadas que podrían no ser tratables con antibióticos y, con frecuencia, resultan mortales.

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Tan solo una de estas infecciones, causada por la bacteria clostridium difficile, o 'C. diff', afecta a aproximadamente a 450,000 personas al año y mata a casi 30,000 según los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Y la investigación de Consumer Reports muestra que muchos hospitales no hacen un buen trabajo de controlar las infecciones: 3 de cada 10 hospitales en nuestras estudios obtuvieron calificaciones bajas por no mantener la C. diff bajo control y 4 de 10 tuvieron malas calificaciones por no controlar otra infección potencialmente mortal, el SARM o Staphylococcus aureus resistente a la meticilina.

Esas y otras infecciones se están esparciendo a los consultorios médicos, las casas de retiro y otros centros de atención médica... e incluso a los hogares de la gente. Eso se debe en parte a que muchos pacientes no saben que han desarrollado una infección sino hasta que son dados de alta: a pesar de que dos tercios de las infecciones de C. diff se asociaron con centros de atención médica, solo 24% de las personas infectadas desarrollaron síntomas durante su hospitalización, de acuerdo con un estudio de febrero de 2015 de la revista científica New England Journal of Medicine.