Al acercarnos a la temporada en la que los resfriados y la influenza alcanzan proporciones de epidemia, llega el momento de revisar lo que podemos hacer para ayudar a combatir los gérmenes que causan estas enfermedades (y otras, tales como los virus estomacales) y para mantenernos saludables este invierno. La razón principal por la que los resfriados, la influenza y otras infecciones se propagan rápidamente en tu oficina y en la escuela de tus hijos es porque las personas no toman las precauciones básicas que recomiendan los expertos.  

Contagiarse con los gérmenes de alguien más es tan fácil como atraparlos con tus manos y luego tocarte los ojos, la nariz o la boca. (Algo que hacemos aproximadamente 15.7 veces por hora, de acuerdo con un estudio de la Universidad de California, Berkeley). Por esa razón, lavarse las manos con frecuencia es la principal estrategia de prevención de infecciones recomendada por los expertos. Pero eso no es lo único que tienes que hacer. A continuación encontrarás un resumen de otras estrategias que todos deberían adoptar para mantenerse saludables este invierno y de formas sobre cómo no propagar gérmenes si te llegas a enfermar:

1. Usa el jabón adecuado

Puedes olvidarte de todo lo que dicen sobre los productos antibacterianos con ingredientes como el triclosán, el cual fue prohibido recientemente por la Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA). La agencia declaró que no existe evidencia de que el jabón antibacteriano elimine las bacterias mejor que un jabón regular, y este podría contribuir al aumento de las superbacterias resistentes a los antibióticos así como a las alteraciones en la regulación hormonal. Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) recomiendan que te laves las manos con agua y jabón durante 20 segundos completos para reducir la cantidad de bacterias o virus que puedas haber recogido con tus manos. 

2. Evita el saludo de manos

Se está volviendo cada vez más común, y menos incómodo socialmente, omitir el contacto físico (y el consecuente intercambio de gérmenes) durante la temporada de resfriados y influenza. “El choque de puños y de codos está reemplazando el apretón de manos en muchos lugares”, dice William Schaffner, M.D., profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tenn. “Entre mis colegas de enfermedades contagiosas, veo una versión del ‘Namaste’ del sur de Asia, en donde ponemos las manos juntas en el pecho, hacemos contacto visual y hacemos una pequeña reverencia”.  

3. Cubre adecuadamente tu boca al toser y estornudar

Si tú eres quien está esparciendo los gérmenes, una forma de no hacerlo es estornudar o toser sobre la parte interior de tu codo. “Cuando toses o estornudas, ese aire sale con una fuerza considerable, esparciendo las partículas de los virus a cualquier persona que se encuentre en un rango de 3 a 6 pies”, dice la Dra. Lisa Grohskopf, M.D., responsable médico en la División de Influenza en los CDC. Estornudar o toser en tu mano evitará que los gérmenes sean transportados en el aire, pero si no te lavas las manos de inmediato propagarás los gérmenes en el momento en que toques algo o a alguien.  

4. Guarda tu distancia

Los virus respiratorios, como los de los resfriados y la influenza, pueden esparcirse fácilmente a través del aire. “Cuando alguien que está enfermo exhala, saca gotas microscópicas de fluido que contienen el virus”, dice Schaffner. “Y cualquier otra persona que se encuentre dentro de su ‘zona de respiración’ puede entonces respirar ese aire infectado”. Para mantenerte de manera segura fuera del alcance de los gérmenes, deja un espacio de aproximadamente 6 pies entre tú y cualquier persona enferma que puede respirar, toser o estornudar en la dirección en que te encuentres.  

5. Debes saber que los gérmenes pueden subsistir

Otra razón para lavarte las manos con frecuencia es que las superficies se mantienen cargadas de gérmenes durante más tiempo de lo que podrías pensar. Un estudio de la Universidad de Buffalo descubrió que los juguetes de peluche, los libros y las cunas en una guardería infantil mostraron resultados positivos para bacterias que causan infecciones de oído y faringitis estreptocócica, incluso después de que el establecimiento había estado cerrado durante la noche. Y según los CDC, los virus de la influenza pueden vivir sobre las superficies duras (como perillas de las puertas o teléfonos) de 2 a 8 horas. Un artículo publicado en la revista científica American Journal of Infection Control señaló que el microbio que causa el norovirus, una infección viral extremadamente contagiosa que produce diarrea y vómitos, puede sobrevivir hasta 7 días sobre una superficie dura y seca, y se ha descubierto que las bacterias que causan las infecciones por estafilococo resistente a la meticilina (Methicillin-resistant Staphylococcus aureus, MRSA) sobreviven durante meses. Incluso los gérmenes del resfriado pueden vivir desde 2 horas hasta 7 días sobre las superficies duras y aproximadamente 2 horas en la piel.  

6. Limpia las superficies de contacto frecuente

Debido a que esas desagradables bacterias y virus se adhieren a las superficies durante horas o incluso días, la limpieza es muy importante. “Yo recomiendo un método llamado 'higiene dirigida'”, dice Elizabeth Scott, Ph.D., codirectora del Centro Simmons para la Higiene y la Salud en el Hogar y la Comunidad en Simmons College en Boston y coautora del estudio de 2012. “Esto significa dirigir la limpieza y las prácticas de desinfección cuándo y dónde haya riesgo de transmisión de infecciones". Por ejemplo, si alguien tiene una infección respiratoria o una infección gastrointestinal en un entorno específico, como en la casa o la oficina, ese sería el momento de enfocarse en las superficies de contacto común de manera regular o al menos diariamente. En la oficina, limpia los espacios y el equipo de trabajo compartido, tal como las fotocopiadoras que toca todo el personal. En casa, enfócate en las superficies duras, tales como las perillas de las puertas, los grifos y el control remoto de la televisión, en las que las bacterias viven por más tiempo. Al igual que con el lavado de manos, puedes olvidarte de los productos de limpieza antibacterianos. Los expertos dicen que cualquier limpiador doméstico, o una solución diluida con cloro, será suficiente.  

7. Vacúnate

Aunque no garantiza que no contraerás la influenza, ponerte una vacuna contra la influenza cada otoño aún es tu mejor defensa. Los expertos no pueden predecir la eficacia de la vacuna de este año, pero Grohskopf indica que el año pasado, ponerse la vacuna dio como resultado un 50% de reducción en el riesgo de contraer la influenza. “Y si te enfermas, es posible que tengas síntomas más leves”, indica ella. Después de ponerte la vacuna, a tu sistema inmunológico le toma 2 semanas desarrollar los anticuerpos de protección necesarios, así que lo ideal es ponértela en el otoño, antes de que la actividad de la influenza aumente. 

8. Debes saber cuándo quedarte en casa

“Durante la fase aguda de tus síntomas, debes quedarte en casa 1 o 2 días para no contagiar a otras personas”, dice Aaron E. Glatt, M.D., presidente del departamento de medicina en South Nassau Communities Hospital en Oceanside, N.Y. Y mientras estés en casa recuperándote, toma precauciones para ayudar a mantener saludable al resto del grupo familiar. No te hagas cargo de la preparación de la comida de la familia mientras estés enfermo, e intenta quedarte en una sola habitación tanto como sea posible para no propagar los gérmenes a otras partes de tu casa.


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