¿Estás planeando un viaje este verano? No importa si planeas unas vacaciones internacionales o una visita a una playa cercana, querrás pasar el tiempo disfrutando y no lidiando con problemas de salud. Nuestros expertos pueden aconsejarte y ayudarte a evitar posibles dificultades y a mantenerte saludable.

Antes de salir

Checa que tengas las vacunas básicas. 
De 4 a 6 semanas antes de salir de viaje, pregunta a tu médico si estás al día con las vacunas recomendadas, como la vacuna contra la influenza y la antitetánica. “Casi el 50% de los adultos mayores de 65 años de edad no están al día con la vacuna antitetánica”, dice el Dr. Steven Mawhorter, M.D. un especialista en enfermedades infecciosas en Cleveland Clinic. Además, la influenza es común en Australia y en América del Sur en los meses de junio, julio y agosto.

Programa una cita con el médico. 
Si tienes una afección crónica u otros problemas de salud, o bien, si vas a viajar al extranjero, en una cita puedes recibir consejos del médico para que los sigas mientras te encuentres de viaje, además te puede dar recetas médicas para tus medicamentos regulares y de otros que pudieras necesitar, como los medicamentos para los mareos.

Prepárate bien para los destinos exóticos.
Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention,CDC) ofrecen información relacionada con el cuidado de la salud en cdc.gov/travel. ¿Te diriges a un país en desarrollo o a una región tropical? Pregunta sobre las vacunas no comunes (como la de la hepatitis A, fiebre tifoidea y fiebre amarilla) y sobre los medicamentos especiales (como los antimaláricos) que se recomiendan o son obligatorios en determinadas regiones.

Empaca los medicamentos correctamente. 
Lleva suficiente medicamento para todo el viaje, más lo equivalente a una semana adicional. Consérvalos en sus empaques originales en tu equipaje de mano. Lleva las copias impresas de tus recetas médicas; una copia de tu tarjeta del seguro; información de contacto para los médicos; una nota del médico si llevas agujas o jeringas, o si te hiciste una prueba que usó radiación dos semanas antes del viaje y una lista de tus medicamentos. Además no olvides un kit de primeros auxilios, unos anteojos, aparatos auditivos, baterías y cualquier otro suministro médico que necesites.

Mientras vayas en camino

Mitiga el desfase horario (jet lag). 
Al cruzar una zona horaria, se interrumpe tu ciclo de sueño y de vigilia; mientras más zonas horarias atravieses, probablemente te sentirás más desajustado. Algunas personas toman suplementos de melatonina para ayudarse a conciliar el sueño, pero el Dr. Marvin M. Lipman, M.D. asesor médico en jefe de Consumer Reports, dice que los suplementos no están regulados cuidadosamente, así que es posible que lo que dice la etiqueta no sea lo que esté en el frasco. En lugar de eso, antes de salir de viaje comienza a acostumbrarte a una nueva zona horaria acostándote de 1 a 2 horas más tarde (si viajarás al oeste) y de 1 a 2 horas más temprano (si viajarás al este) cada día durante una semana antes. Cuando llegues a tu destino, exponte a la luz solar.

Haz flexiones para estar bien. 
Permanecer sentado por más de 4 horas en un barco, automóvil, avión o tren puede aumentar el riesgo de presentar coágulos de sangre que potencialmente pongan en peligro la vida. Si no puedes caminar durante unos minutos cada hora, haz levantamientos de las pantorrillas mientras estés sentado: con los pies firmes en el piso, levanta los talones durante unos segundos, luego levanta los dedos de los pies, asegurándote de mantener los talones abajo; repite cada ejercicio 10 veces por hora.

En tu lugar de destino

Mitiga los problemas estomacales.
La diarrea del viajero (Traveler’s diarrhea, TD) afecta del 30% al 70% de los turistas internacionales, especialmente a aquellos que viajan a África, Asia, Centro y Sur América, México y el Medio Oriente. “Durante un viaje de dos semanas a países en desarrollo, puedes esperar tener diarrea del viajero”, dice la Dra. Elizabeth Talbot, directora médica de Travel and International Health Clinic en Dartmouth-Hitchcock Medical Center en Lebanon, N.H. En caso de una diarrea grave, ella receta un antibiótico para las personas que irán a tales lugares. En caso de una diarrea leve a moderada, pueden funcionar los medicamentos como la loperamida de venta libre (Imodium A-D y genérico) o el difenoxilato y la atropina con receta médica (Lomotil y genérico). Además, evita en los países en vía de desarrollo y las regiones tropicales, la comida cruda, la comida callejera, el hielo y el agua sin embotellar.

Trata de evitar los accidentes.
En vacaciones, es mucho más probable que te hospitalicen o que necesites un médico debido a una lesión o a un accidente que debido a una afección o enfermedad infecciosa. Los accidentes provocados por vehículos automotores y por ahogamiento son las causas principales de muerte. Eso se debe a que el juicio de una persona puede verse disminuido al estar de vacaciones, y las normas de tránsito y los lugares nuevos pueden resultar confusos. Así que sé sumamente cuidadoso cuando nades en áreas desconocidas, usa los cinturones de seguridad y chalecos salvavidas, familiarízate con las leyes de conducción locales y opta por tener un conductor si te sientes incómodo de ponerte al volante.

Protégete de las garrapatas.
En EE.UU. y en el extranjero, las garrapatas pueden transmitir la enfermedad de Lyme, la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas y otras enfermedades. Una bacteria nueva que causa la enfermedad de Lyme, Borrelia mayonii, puede provocar síntomas inusuales, tales como náuseas, vómitos y un sarpullido difuso en lugar del sarpullido normal en forma de “tiro al blanco”. Las cepas europeas de la enfermedad de Lyme también pueden tener diferentes síntomas. Si te encuentras en un área favorable para el desarrollo de garrapatas como un parque o un lugar boscoso, usa una camisa de manga larga, pantalones, un sombrero y zapatos cerrados (además, métete la camisa dentro de los pantalones y los pantalones dentro de las medias). Usa dietiltoluamida (DEET) o algún otro repelente contra insectos efectivo sobre tu piel. Mantente en el centro de las sendas para caminar y evita las áreas que tengan hierba alta, maleza y hojas. Después de un paseo, revísate, revisa tu equipo y a las mascotas, y dúchate en el transcurso de las siguientes 2 horas después de estar adentro.

Cuídate de las chinches de cama.
De acuerdo con una encuesta de 2015 de la Asociación Nacional de Manejo de Plagas y la Universidad de Kentucky, los hoteles y moteles son algunos de los lugares más comunes en los que los profesionales de plagas encuentran chinches de cama. Para evitar las plagas, cuyas picaduras pueden causar ronchas que dan picazón, Michael Potter, Ph.D., un profesor en entomología de la Universidad de Kentucky en Lexington, recomienda que retires las sábanas de tu cama en el hotel y que revises el colchón y las uniones del somier, especialmente en la cabecera, en busca de las chinches pequeñas de color marrón o café claro y las manchas de color oscuro que estas dejan. No pongas tu ropa en el piso y guarda tu equipaje sobre el estante de equipaje o una superficie dura. Además, ten en cuenta dónde te hospedas; las mejores cadenas hoteleras generalmente estarán más atentas al mantenimiento de las habitaciones. “Las propiedades que se ven deterioradas y en malas condiciones son los lugares de los que hay que preocuparse más”, dice Potter.

Sé prudente con la exposición al sol.
El daño que causa el sol se acumula durante la vida, así que aunque no hayas usado regularmente protector solar, nunca es tarde para comenzar. Aplícalo abundantemente sobre todas las áreas expuestas por lo menos 15 minutos antes de salir al aire libre y vuélvelo a aplicar cada 2 horas. No obstante, ningún protector solar puede bloquear 100% los rayos ultravioleta que dañan la piel, así que también es importante tomar otras medidas de protección. Usa anteojos de sol, un sombrero de ala ancha y ropa protectora. Además, mantente en la sombra siempre que sea posible.


Mantente hidratado.
Estar de vacaciones te saca de tu rutina normal, así que posiblemente tendrás que esforzarte más para mantenerte hidratado. Las necesidades varían, pero una guía general es tomar de 9 a 13 tazas de líquidos al día. (Los hombres deben tener como objetivo el límite superior). Las bebidas con cafeína y algunos alimentos, especialmente la fruta y los vegetales, cuentan para cumplir esa meta.

Averigua dónde conseguir medicamentos.
Si los pierdes o se te acaban mientras estés en EE.UU., verifica para ver si una farmacia local puede llamar a tu médico para solicitar más. O bien, mira si la farmacia por tu casa te los puede enviar por correo. Si estás en el extranjero, pídele a alguien en la Embajada de EE.UU. más cercana que te guíe a un centro médico de confianza. También podrás recibir información de un programa de ayuda en los viajes (si tu compañía de seguros médicos tiene uno) o a través de una póliza de seguro de viaje que compres.


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