A lo largo de los años hemos escuchado muchas cosas acerca de cómo mantener nuestro colesterol en niveles saludables, y acerca de la necesidad de estar pendientes del colesterol en los alimentos.

Y ya sea que estés tomando algún medicamento para reducir el colesterol como por ejemplo estatinas, las estrategias para un estilo de vida saludable como el ejercicio y una dieta saludable forman parte de un buen programa de control del colesterol. Es por eso que muchas personas han estado limitando el colesterol que consumen en su régimen alimenticio, a 300 miligramos por día (para efectos de comparación, una yema de huevo contiene alrededor de 184 miligramos).

Sin embargo, muchos expertos han concluido que enfocarse en el colesterol que contiene los alimentos es menos importante que otra estrategia dietética. Esta es la realidad.

Qué sugieren los estudios

Durante años se creyó que el colesterol en los alimentos jugaba un papel significativo en los niveles de colesterol malo, pero la investigación más reciente ha encontrado que el colesterol de la dieta tiene un impacto negativo menor sobre el colesterol en suero (sangre) que lo que pensaban los expertos.

Por ejemplo, un estudio reciente publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, que siguió a 1,000 hombres durante unos 21 años, incluyendo algunos que portaban un gen que podría haberlos hecho sensibles al colesterol de la dieta, encontró que el consumo de huevos, hasta uno por día, no aumentó su riesgo de enfermedad de las arterias coronarias.

Y al limitar ciertos alimentos con alto contenido de colesterol, las personas podrían excluir potencialmente algunos nutrientes importantes, dice Sandra Procter, Ph.D., R.D., profesora asistente en el departamento de alimentos, nutrición, dietética y salud de Kansas State University en Manhattan. “Los huevos contienen luteína y colina, que son nutrientes muy importantes para la salud ocular y el embarazo”, dice ella.

Otras sustancias, las grasas saturadas, que se encuentran en alimentos como la carne roja con grasa, la mantequilla, la piel de las aves de corral y muchos alimentos horneados y fritos, parecen tener un mayor efecto sobre el colesterol en sangre que el colesterol en otros alimentos.

Es por eso que en las nuevas Directrices Dietéticas para los Estadounidenses, publicadas a finales de 2015, ya no se recomienda un consumo máximo de colesterol. En lugar de eso, las directrices se centran en las grasas saturadas, y aconsejan mantener la cantidad de grasas saturadas que se consume a no más del 10% de las calorías diarias totales.

Hay que tener en cuenta que el colesterol se encuentra solo en productos de origen animal, por lo tanto cuando se reduce su consumo para reducir la grasa saturada, se reduce automáticamente el consumo de alimentos que contienen colesterol. (Sin embargo, los huevos, la langosta, y los camarones, tienen mucho colesterol y poca grasa saturada). Y en cuanto a las proteínas, los expertos recomiendan que se obtengan a partir de fuentes diversas para maximizar la ingesta de nutrientes.


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