Si tienes programado someterte a una biopsia, que involucra la extracción de una pequeña muestra de tejido, que se examina luego bajo un microscopio, eso significa que tu médico sospecha que podrías tener cáncer. Esto, por sí mismo, puede asustarte mucho.

Además, si bien millones de estadounidenses se someten a biopsias cada año, los expertos a menudo no coinciden sobre quién necesita una y lo que podrían significar los resultados.

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Por ejemplo, un estudio de marzo de 2015 encontró que distintos patólogos que leyeron las mismas biopsias de cáncer de seno llegaron a conclusiones diferentes de las alcanzadas por un panel de expertos casi en un 25% de las ocasiones.

Esas diferencias pueden llevar a una atención médica inadecuada, por ejemplo, a no recibir terapia que potencialmente puede salvarte la vida cuando lo necesitas o a someterte a tratamiento agresivo cuando medidas más simples podrían haber sido suficientes.

Realizar una biopsia cuando en realidad no la necesitas también puede llevar a problemas. Estos problemas pueden incluir ansiedad y gastos innecesarios así como otros riesgos a los que no necesitabas exponerte, dado que las biopsias pueden provocar sangrado, dolor y otras complicaciones.

La confusión puede comenzar antes de la biopsia, con un examen de detección que a menudo desencadena biopsias. Esto se debe que hay desacuerdo generalizado sobre quién, por ejemplo, en verdad necesita una mamografía para detectar cáncer de seno o una prueba de sangre que mida el antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) para buscar cáncer de próstata. "Una de las mejores maneras de evitar las biopsias innecesarias es evitar exámenes de detección innecesarios", comentó el asesor médico en jefe de Consumer Reports, el doctor Marvin M. Lipman, M.D.

Hemos estudiado 4 cánceres comunes, y aquí explicamos cuándo los exámenes de detección y las biopsias están justificadas para cada uno de los casos: