El final del invierno es el punto máximo de la temporada de influenza, así que, probablemente conocerás a alguien que esté sufriendo de dolor muscular, escalofríos, fatiga y otros síntomas de esa enfermedad viral.

Pero, te pusiste la vacuna contra la influenza, así que estarás saludable toda la temporada, ¿correcto? No, a menos que también realices los pasos adecuados para combatir los gérmenes.

Ponerte la vacuna significa que tienes menos probabilidades de contagiarte de la influenza, y si te contagias, tus síntomas posiblemente serán más leves. Pero la vacuna contra la influenza no te protegerá contra la variedad de otros virus que proliferan durante esta época del año, como aquellos que causan los resfriados y el malestar estomacal.

Y a medida que envejecemos, la vacuna contra la influenza se vuelve menos eficaz y los síntomas de la enfermedad son más graves. Eso hace que evitar los gérmenes sea mucho más importante, ya que la misma bacteria que le causa a tu nieto leves síntomas durante algunos días podría hacer que tú acabaras en el hospital.

Contagiarse con los gérmenes de alguien más es tan fácil como atraparlos con tus manos y luego tocarte los ojos, la nariz o la boca (lo que hacemos en promedio unas 15.7 veces por hora, de acuerdo con un estudio en la Universidad de California, Berkeley). Por esa razón, lavarse las manos con frecuencia es la mejor estrategia para la prevención de infecciones.

Pero eso no es lo único que tienes que hacer para evitar las enfermedades durante este invierno. A continuación encontrarás un resumen de otras estrategias que todos deberíamos adoptar para prevenir infecciones y no propagar los gérmenes si te llegaras a enfermar:

Usa el jabón adecuado

Puedes olvidarte de los productos antibacterianos con ingredientes como el triclosán, el cual fue prohibido recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), (aunque las compañías tienen hasta septiembre del 2017 para cumplir). La agencia determinó que no existe evidencia de que el jabón antibacteriano elimine las bacterias mejor que un jabón regular, y este podría contribuir al aumento de las superbacterias resistentes a los antibióticos, así como alteraciones en la regulación hormonal.

Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) recomiendan que te laves las manos con jabón básico y agua caliente durante 20 segundos completos para reducir la cantidad de bacterias o virus que puedas haber recogido con tus manos.

Evita el apretón de manos

Se está volviendo cada vez más común, y menos incómodo socialmente, omitir el contacto físico (y el consecuente intercambio de gérmenes) durante la temporada de resfriados y influenza. “El choque de puños y de codos está reemplazando el apretón de manos en muchos lugares”, dice William Schaffner, M.D., profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina de Vanderbilt University en Nashville.

Cubre adecuadamente tu boca al toser y estornudar

Si tú eres quien está esparciendo los gérmenes, una forma de no hacerlo es estornudar o toser sobre la parte interior de tu codo, o mejor aún, sobre un pañuelo desechable. “Cuando toses o estornudas, ese aire sale con una fuerza considerable, esparciendo las partículas de los virus a cualquier persona que se encuentre en un rango de 3 a 6 pies”, dice Lisa Grohskopf, M.D., responsable médica en la División de influenza en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC). Estornudar o toser sobre tus manos evitará que los gérmenes sean transportados en el aire, pero si no te lavas las manos de inmediato propagarás los gérmenes en el momento en que toques algo o a alguien.

Guarda tu distancia

Los virus respiratorios, como los de los resfriados y la influenza, pueden esparcirse fácilmente a través del aire. “Cuando alguien que está enfermo exhala, saca gotas microscópicas de fluido que contienen el virus”, dice Schaffner. “Y cualquiera otra persona que se encuentre dentro de su ‘zona de respiración’ puede entonces respirar ese aire infectado”. Para mantenerte de manera segura fuera del alcance de los gérmenes, deja un espacio de aproximadamente 6 pies entre tú y cualquier persona enferma que podría respirar, toser o estornudar hacia ti.

Debes saber que los gérmenes pueden subsistir

Según los CDC, los virus de la influenza pueden vivir sobre las superficies duras (como las perillas de las puertas y los teléfonos) de 2 a 8 horas. Un estudio del 2013 publicado en la revista científica American Journal of Infection Control señaló que el virus que causa el norovirus, una infección viral extremadamente contagiosa que produce diarrea y vómitos, puede sobrevivir hasta 7 días sobre una superficie dura y seca, y que los gérmenes del resfriado pueden vivir desde 2 horas hasta 7 días en las superficies duras.

Es por eso que la limpieza es un factor clave. “Yo recomiendo un método llamado 'higiene dirigida'”, dice Elizabeth Scott, Ph.D., coautora y codirectora del Centro para la Higiene y la Salud en el Hogar y la Comunidad en Simmons College en Boston. “Esto significa dirigir la limpieza y las prácticas de desinfección cuándo y hacia donde haya riesgo de transmisión de infecciones”.

Por ejemplo, si alguien en tu casa u oficina tiene una infección respiratoria o gastrointestinal, limpia las superficies de contacto frecuente de forma regular, al menos una vez al día. Piensa en las perillas de las puertas, las manijas de los grifos, los controles remotos de las televisiones, los teléfonos, incluso el equipo de oficina, tal como las máquinas fotocopiadoras y la cafetera en la sala de descanso. Limpia las superficies similares en las habitaciones de los hoteles.

Al igual que con el lavado de manos, puedes olvidarte de los productos de limpieza antibacterianos. Cualquier limpiador doméstico o una solución diluida con cloro, será suficiente. Para la oficina y para los viajes, el uso de toallitas desinfectantes empacadas puede ser lo más conveniente.

Programa consultas de rutina con el médico para la primavera

Las personas terminan en el consultorio del médico cuando están enfermas, así que es lógico que las salas de espera del médico sean lugares llenos de gérmenes. Así que mientras tu médico esté de acuerdo, considera posponer los chequeos y las pruebas hasta que haya terminado la temporada de resfriados y de influenza.

E incluso si estás enfermo, podrías faltar a una cita, dice Marvin M. Lipman, M.D., asesor médico en jefe de Consumer Reports. “A menos que tengas fiebre, escalofríos u otros síntomas preocupantes, es posible que no necesites atención médica inmediata”.

Llama al consultorio de tu médico o si tu compañía aseguradora tiene una, usa la línea de priorización de enfermería en donde un enfermero registrado puede ayudarte a determinar si deben examinarte. Usar un servicio de telesalud es otra opción para algunas afecciones.

Cuando es necesario acudir a una cita en el consultorio, intenta mantenerte alejado de los gérmenes de otras personas. Por ejemplo, usa tu propio lapicero para registrarte (todas las personas que están en la sala de espera han tocado el que está en la recepción) y siéntate tan lejos de los demás pacientes como puedas. Usa los dispensadores de desinfectante de manos que deben estar por todo el consultorio y evita tocarte los ojos, la nariz o la boca mientras estés allí.

Descansa

Las investigaciones han comprobado finalmente lo que todos hemos sospechado durante mucho tiempo, en realidad tienes más probabilidades de enfermarte cuando no estás durmiendo suficiente. En un estudio del 2015 publicado en la revista Sleep, se monitoreó la duración y la continuidad del sueño en 164 hombres y mujeres durante 7 días consecutivos. Luego, se les puso en cuarentena en habitaciones de hotel, se les dio una dosis del virus del resfriado (por medio de gotas nasales) y se les monitoreó durante 5 días más. El resultado: las personas que tuvieron en promedio 6 horas de sueño o menos por noche la primera semana tuvieron aproximadamente 4 veces más probabilidades de contagiarse del resfriado que las personas que registraron más de 7 horas de sueño por noche.

Come para obtener inmunidad

“No existe un solo alimento o nutriente que se haya comprobado clínicamente que refuerce el sistema inmunológico”, dice Lauri Wright, Ph.D., R.D., profesora asistente de nutrición en la University of South Florida College of Public Health. “Pero comer una variedad de alimentos saludables proporcionará una abundancia de las vitaminas, minerales y fitoquímicos que necesitas para mantener tu sistema inmunológico en óptimas condiciones”. Diferentes frutas y vegetales contienen diferentes nutrientes y antioxidantes, así que además de comer varias porciones al día, alterna el tipo y los colores de tus frutas y vegetales.

Así que olvídate del método de la solución mágica de tomar muchas cantidades de megasuplementos de equinacea, vitamina C o zinc (ninguno de los cuales se ha comprobado que proteja contra las enfermedades), y come una dieta saludable y balanceada para mantener tu sistema inmunológico fuerte toda la temporada.

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Para conocer lo que tienes que saber sobre cómo combatir la influenza, ingresa a CR.org/health/fluguide.


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