Todos los años, miles de niños ingieren accidentalmente medicamentos de venta con receta. Sin embargo, muy pocas personas toman las medidas de precaución necesarias para proteger a los niños de una intoxicación por medicamentos.

Un nuevo estudio representativo a nivel nacional realizado por Consumer Reports Best Buy Drugs a 1,006 adultos estadounidenses, determinó que únicamente 2 de cada 10 personas que tienen medicamentos, como píldoras de analgésicos opioides, estimulantes usados para tratar ADHD (trastorno de déficit de atención con hiperactividad) o sedantes, los guardan bajo llave.

Esto podría ayudar a explicar por qué todos los años alrededor de 60,000 niños menores de 5 años de edad ingieren accidentalmente estos peligrosos medicamentos y terminan en la sala de emergencias, según información de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC).

Es importante que hoy, en el Día nacional de la limpieza de primavera del botiquín, conozcas más acerca de los peligros de los medicamentos de venta con receta y te enteres de cuáles son las mejores formas de mantenerlos fuera del alcance de tus hijos.

Cómo ocurre la intoxicación

Las pastillas y medicamentos líquidos acaban en manos de los niños cuando estos productos se encuentran por toda la casa, se dejan sobre el mostrador de la cocina o en la mesita de noche para usarse después, indica Dan Budnitz, M.D., M.P.H., director del Programa de Seguridad de los Medicamentos de CDC.

Los padres no toman las medidas de precaución necesarias para almacenarlos de forma segura, o suponen que las tapas y los dispositivos de seguridad a prueba de niños evitarán que estén a su alcance, comenta.

Además, los padres subestiman lo dañino que puede ser para un niño ingerir apenas una sola pastilla, dice Budnitz. “Por ejemplo, para algunos opioides de acción prolongada una sola píldora puede contener una dosis letal para un niño”, explica.

Los opioides en pastilla, como la hidrocodona (Vicodin), la oxicodona (Percocet) y la buprenorfina (Suboxona) se encuentran entre los medicamentos que tienen más probabilidades de ingerirse accidentalmente, les siguen los ansiolíticos, como clonazepam (Klonopin) y lorazepam (Ativan), expresa Budnitz.

Estos medicamentos pueden causar pérdida de conocimiento en los niños o incluso que dejen de respirar, además podrían desencadenar convulsiones. Si le ocurre algo de esto a tu hijo, o se muestra demasiado somnoliento, confundido, tiene dificultad para respirar o no respira, llama de inmediato al 911.

Luego, revisa la boca del niño y retírale todas las pastillas. Lleva contigo el frasco y las pastillas restantes para que el personal de emergencias pueda identificar las pastillas y darle el mejor tratamiento o antídoto posible.

Si tienen sospechas de que el medicamento involucrado pueda ser un analgésico opioide, el equipo de urgencias puede administrarle naloxona, un medicamento para revertir los efectos del opioide. Pero, aun así, debes llevar al niño a la sala de emergencias para que le hagan otra evaluación y le puedan proporcionar tratamiento, si lo necesita.

Incluso las pastillas de venta libre (OTC) pueden ser peligrosas

El acetaminofeno (en el Tylenol y otros productos), el analgésico y antipirético de uso frecuente, es uno de los medicamentos de venta libre que se ingiere accidentalmente con más frecuencia. Cuando los niños toman dosis demasiado altas, puede ocasionarles daño hepático o insuficiencia hepática.

Estos riesgos son el motivo por el cual los CDC recomiendan que todos los medicamentos se traten como si fueran sustancias químicas potencialmente peligrosas y que siempre se almacenen o se guarden bajo llave fuera del alcance de los niños.

Para reforzar las recomendaciones, los CDC presentaron recientemente la iniciativa Up and Away (Arriba y fuera del alcance), la que les recuerda a las personas que nunca deben dejar las pastillas ni los frascos de medicamentos abandonados sobre las mesas, las mesitas de noche, el mostrador de la cocina, en las bolsas de mano ni en los bolsillos del saco o abrigo. Y nunca debes decirles a los niños que tus medicamentos son “caramelos”.

No te fíes de las tapas a prueba de niños

El uso de tapas de seguridad resistentes a los niños en los frascos de medicamentos es una práctica común desde 1970, pero que sean resistentes a los niños no quiere decir que sean a prueba de niños.

“Las tapas de seguridad resistentes no funcionan a menos que se usen de la forma correcta, volviéndolas a cerrar inmediatamente después de cada uso”, comenta Maribeth Lovegrove, M.P.H., epidemióloga del Programa de Seguridad de los Medicamentos de CDC.

“Nos hemos dado cuenta de que muchos niños pequeños pueden tener acceso fácil al contenido de un frasco cuando no se cierra bien la tapa”, informa Lovegrove.

Lovegrove sugiere que, en vez de confiar exclusivamente en la tapa de seguridad para niños, se pueden usar algunos innovadores empaques de seguridad para niños, como los “blísteres”, que podrían ayudar a prevenir la ingesta no supervisada de ciertos medicamentos de alto riesgo pues cada dosis de medicamento está sellada de forma individual. Los niños podrían tener más dificultades para abrirlos, lo que podría disminuir la probabilidad de que ingieran pastillas que no deberían tomar.

No todas las farmacias pueden surtir medicamentos en blíster, pero vale la pena preguntar. PillPack, un servicio de farmacias en línea con sede en New Hampshire, puede surtir recetas médicas en empaques plásticos individuales y personalizados (tienen servicio de envío a los 50 estados, excepto Hawaii).

Uso de tapa de seguridad con restricción de flujo

Para prevenir sobredosis de acetaminofeno, recientemente los fabricantes de medicamentos agregaron a los frascos de medicamento líquido un pequeño dispositivo plástico de seguridad para abrirlos. Este se conoce como dispositivo de seguridad con restricción de flujo y limita la cantidad de líquido que una persona puede verter, incluso cuando se retira la tapa y el frasco se voltea hacia abajo, se agita o se aprieta.

Esto evita que los niños ingieran grandes cantidades de medicamento líquido porque este no sale rápidamente del frasco, disminuyendo las posibilidades de riesgo de sobredosis.

En 2013, Consumer Reports examinó los dispositivos con restricción de flujo en más de 30 frascos de acetaminofeno líquido para niños y bebés. Nuestras pruebas confirman que esta función añadió otra barrera de protección contra la intoxicación por acetaminofeno, poniendo más obstáculos para que los niños viertan y beban medicamentos líquidos.

Las propias investigaciones de los CDC muestran algo parecido: Sin una restricción de flujo y con una tapa de seguridad colocada incorrectamente, 82% de los niños pudieron vaciar un frasco en menos de 2 minutos; con una restricción del flujo y sin la tapa de seguridad, apenas 6% de los niños pudo vaciar el frasco al final de la prueba de 10 minutos.

 Idealmente, el riesgo de ingestión accidental disminuye cuando se coloca en cualquier frasco de medicamento líquido un dispositivo de seguridad para la restricción de flujo.


Nota del editor:
 La elaboración de este artículo y de los materiales relacionados es posible gracias al subsidio del programa Attorney General Consumer and Prescriber Education Grant del estado, que es financiado por el acuerdo multiestatal de reclamos de fraude de los consumidores en relación con la comercialización del medicamento de venta con receta Neurontin (gabapentina).


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