Si durante el año pasado has leído los titulares sobre empresas que se comprometen a reducir el uso de antibióticos, pensarás que el mercado está resolviendo el problema, aun sin reglamentaciones rígidas. La primavera pasada, por ejemplo, McDonald's anunció que en un lapso de 2 años, cuando mucho, comenzaría a servir pollo criado sin antibióticos importantes para la salud humana; Tyson declaró que suspendería esos medicamentos en las aves y Wal-Mart exhortó a su vasta cadena de proveedores a que adoptaran directivas para un "uso responsable de los antibióticos". Y en otoño, Subway se comprometió a abandonar totalmente el uso de antibióticos, comenzando por las aves pero ampliándolo a los otros animales dentro de un plazo de 10 años. Sin embargo, una lectura más atenta revela que hay mucho margen de maniobra en la forma en que están redactadas estas promesas. "Cuando una empresa dice que va a dejar de vender o producir carne vacuna, porcina o de ave con antibióticos importantes para la salud humana, esto puede significar simplemente que pasarán a usar otros medicamentos, como los ionóforos, para la prevención de enfermedades en el ganado y las aves", dice Rangan. "Eso puede agravar nuestra exposición a las bacterias porque permite que los animales sigan siendo criados en condiciones que favorecen el crecimiento y la diseminación de los gérmenes patógenos". Y agrega que categorías tales como "sustentable" y "uso responsable de los antibióticos" no están reguladas. Las empresas son libres de definirlas como mejor les convenga. "Además, muchos de estos cambios no tendrán lugar hasta dentro de muchos años".

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El mayor progreso en la reducción del uso de antibióticos se ha dado en los pollos, pero no en otros animales. Ciertos productores avícolas, entre ellos Perdue y Tyson Foods, han prometido reducir su uso de antibióticos y ya están implementando cambios. Por ejemplo, Perdue dice que el 96% de sus pollos no reciben antibióticos usados en medicina humana, y más de la mitad no reciben nunca antibióticos. Para lograrlo, la empresa tuvo que "repensar prácticamente todo", dice Bruce Stewart-Brown, D.V.M., vicepresidente sénior de seguridad, calidad y producción viva de alimentos en Perdue. Entre los cambios implementados se cuentan la construcción de gallineros más limpios, el uso de probióticos (que pueden ayudar a incrementar el crecimiento de las bacterias saludables) en las aves, y la ampliación del uso de vacunaciones para prevenir enfermedades.

Aun en el caso de los pollos, Rogers señala que no todas las promesas incluyen eliminar todos los antibióticos. "Cuando la gente nos dice: ‘Bien hecho, ya casi lo lograron', yo les contesto: ‘Uy, estamos tan lejos de casi lograrlo'", ella cuenta. "Ha habido muchos ‘yo también' al respecto de los pollos, pero mientras no se verifique que fueron criados sin antibióticos y no haya movimiento en la dirección correcta para hacer lo mismo con el pavo, el puerco y la carne de res, estamos muy lejos de poder cantar victoria".

"Es bueno que haya cambios, pero se están dando muy despacio", dice Rangan. "Lo ideal es que no solo todos los animales que dan carne se críen sin suministros regulares de antibióticos, sino que los criemos de otra manera. Las condiciones de hacinamiento y las prácticas insalubres en los criaderos industriales es lo que hace en gran parte que sea necesario administrar del diario los antibióticos y otros medicamentos para empezar".