Hay una regla general para eso también. La cantidad total en préstamos que obtiene un estudiante no debe exceder el sueldo que espera ganar anualmente en los primeros años de su carrera, aconseja Kantrowitz. Según la Asociación Nacional de Universidades y Empleadores, el sueldo inicial promedio de una persona con un primer título universitario es de $50,000. Pero si no sabes qué carrera quieres seguir, sé más conservador, aconseja. Si ganas $50,000 luego de graduarte y obtuviste esa cantidad en préstamos, espera pagar alrededor de $555 por mes bajo el plan estándar de reembolso a 10 años, presuponiendo una tasa de interés del 6%. Anualmente, eso representa alrededor del 13% de tu sueldo asignado al pago de tus préstamos.

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Si es posible, evita los préstamos privados. Los préstamos federales incluyen protecciones al consumidor como planes de reembolso flexibles y opciones de prórroga o condonación de la deuda si cumples con ciertos requisitos. Los préstamos privados frecuentemente atraen a prestatarios con tasas de interés corrientes más bajas, pero sus términos son más estrictos y tienen menores, o apenas algunas, opciones de reducir la deuda si no puedes realizar los pagos, según los expertos que consultamos.

Grados de deuda y arrepentimiento

Los datos son congruentes y convincentes: Dado que una educación universitaria se traduce en un futuro mejor, vale el dinero que gastes en ella. Pero intenta decírselo a los 1,500 estadounidenses con deuda estudiantil que respondieron a una encuesta nacionalmente representativa del Centro Nacional de Investigaciones de Consumer Reports en marzo de 2016. La carga de la amortización de préstamos significativos ha dejado a muchos preguntándose, después de los hechos, si valió la pena el costo de la universidad.