En 2013, la FDA anunció un plan voluntario para cambiar la forma en que se etiquetan y venden los antibióticos de uso veterinario. El plan es voluntario, dice la FDA, porque “esa es la manera más rápida y eficiente de implementar estos cambios”. La gente no puede comprar antibióticos sin receta, pero en la actualidad casi todos las medicamentos de uso veterinario en ganado y aves de criadero son de venta libre. Sin embargo, a fines de 2016, el plan de la FDA propondrá exigir la aprobación de un médico veterinario antes de suministrarles a los animales aquellos antibióticos que sean importantes en pacientes humanos. Y esos medicamentos ya no se etiquetarán como para ser usados para promover el crecimiento de los animales de engorda.

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Pero eso no significa que los productores ganaderos y avícolas vayan a suspender de inmediato los antibióticos. Con el plan de la FDA, pueden continuar utilizándolos si argumentan que sirven para prevenir enfermedades. “Ese es un defecto bastante grande”, cuestiona Laura Rogers, directora adjunta del Anti­biotic Resistance Action Center perteneciente a la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken en la Universidad de George Washington. “De hecho, puede hacer que el plan de la FDA pierda sentido”. Peor aún, los productores quedan en libertad de usar otros medicamentos para promover el crecimiento de los animales.

En verdad, para ciertos antibióticos, las indicaciones del prospecto (las dosis utilizadas y la forma en que se administran) son las mismas tanto para prevenir enfermedades como para incrementar el crecimiento, según un análisis realizado en 2014 por The Pew Charitable Trusts. Lo que eso significa es que “la llave de los medicamentos sigue abierta”, apunta Rogers, quien al momento del estudio dirigía la campaña de Pew sobre salud humana y ganadería y avicultura industrial.


Las prácticas de cría afectan profundamente la seguridad de nuestros alimentos.


Las acciones gubernamentales vienen siendo como los “débiles pasos de un bebé”, según Price. “Mientras no adoptemos una posición más firme, no tendremos el liderazgo mundial en la protección de los antibióticos importantes”, asegura. “No hacemos más que apoyar una industria que trata de obtener el máximo lucro posible a expensas de causar infecciones resistentes a medicamentos en los seres humanos”.