Los protocolos de Pronovost, combinados con la amenaza de la reducción en el financiamiento federal y más responsabilidad pública, parecen haber ayudado no solo a Shore Medical Center, sino a muchos hospitales.

Aunque otras infecciones en los hospitales permanecieron constantes o disminuyeron solo un poco en los años recientes, aquellas relacionadas con las líneas centrales se redujeron a la mitad entre 2008 y 2014, de acuerdo con los CDC.

“Es una de las mejores historias de éxito de seguridad de los pacientes en la nación”, dice Srinivasan.

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El análisis de Consumer Reports determinó una mejora en todo el país, en los grandes hospitales urbanos como Ochsner Medical Center en New Orleans y Johns Hopkins Bayview Medical Center en Baltimore, así como en los hospitales suburbanos o rurales más pequeños como Wuesthoff Medical Center en Rockledge, Fla. y Mercy Medical Center en Merced, Calif. Y sin embargo, el problema no se ha solucionado, dice Doris Peter, Ph.D., directora del Centro de Calificación de Salud de Consumer Reports.

“Los hospitales están avanzando en el camino correcto, pero el progreso está disminuyendo y demasiados hospitales no han abordado el problema adecuadamente durante los últimos 5 años”.

Eso es cierto incluso entre los principales hospitales docentes en el país, tales como Dartmouth-Hitchcock Medical Center en Lebanon, N.H. y Ronald Reagan UCLA Medical Center en Los Angeles, los cuales aparecen en nuestra lista de hospitales docentes con una puntuación baja. “Eso es contradictorio”, dice Peter. “Estos deberían ser lugares que representan lo mejor de nuestro sistema de atención médica”.

Los administradores de estos hospitales dicen estar respondiendo. “Identificamos un problema con nuestra tasa de infecciones hace 2 años e implementamos medidas correctivas de inmediato”; dice George Blike, M.D. oficial en jefe de calidad y seguridad en Dartmouth. Como resultado, expresa, los datos más recientes del hospital, que el gobierno no ha publicado aún y por lo tanto no se reflejan en nuestras calificaciones, muestran que las tasas de infección están disminuyendo. Y aunque los administradores de los hospitales dicen que usan versiones de la lista de verificación de Pronovost, también indican que enfrentan desafíos especiales. Por ejemplo, Ronald Reagan UCLA dice que sus altas tasas de infecciones se debieron en parte a “la complejidad de los casos médicos y la gravedad de las enfermedades que tratamos”.

Pero los CDC en realidad intentan hacer un ajuste respecto a esos factores. Además, el análisis de Consumer Reports determinó que no hay evidencia clara de que los hospitales con más pacientes de Medicaid, una indicación de que tratan poblaciones más enfermas o con escasa atención médica, tengan un desempeño peor que los hospitales con menos pacientes de Medicaid.

Además, hay ejemplos en todo el país de hospitales que atienden a poblaciones similares con escasa atención médica pero que tienen un desempeño muy diferente contra estas infecciones. Por ejemplo, Maimonides Medical Center en Brooklyn, N.Y., aparece en nuestra lista de hospitales docentes con pocas infecciones de línea central, mientras que el cercano SUNY Downstate Medical Center University Hospital tiene tasas mayores a lo esperado para esas infecciones.

SUNY Downstate está respondiendo al tratar de promover una “cultura de seguridad” entre todos los miembros del equipo, dice Michael Augenbraun, M.D., director, de la división de enfermedades infecciosas en SUNY Downstate Medical Center.