Aproximadamente 650,000 personas desarrollaron infecciones después de ser hospitalizadas en hospitales de Estados Unidos en 2011, y 75,000 murieron, según los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC). Eso convertiría a las infecciones adquiridas en los hospitales en la octava causa principal de muerte en la nación, justo detrás de la diabetes y justo delante de la gripe y la neumonía. Las infecciones de línea central son responsables de aproximadamente 5% de todas las infecciones adquiridas en los hospitales, afectando a más de 27,000 personas en 2015, indica la investigación. Y son un conjunto especialmente importante, dice Arjun Srinivasan, M.D., director asociado para los Programas de prevención de infecciones asociadas a la atención médica en los CDC.

MÁS SOBRE INFECCIONES HOSPITALARIAS

Para empezar, estas infecciones son mortales, dando como resultado fatalidades en hasta un cuarto de los casos, en parte debido a que las personas que tienen las líneas intravenosas (IV) con frecuencia ya están débiles. También son costosas, promediando $46,000 en tratamientos, más que cualquier otra infección adquirida en los hospitales, de acuerdo con un estudio de 2013 en el Journal of the American Medical Association. Y estas son casi completamente prevenibles. Ya en el año 2001, Peter Pronovost, M.D., ahora vicepresidente ejecutivo para la calidad y seguridad del paciente en Johns Hopkins Medicine en Baltimore, elaboró una lista de verificación de seguridad similar a la que usan los pilotos antes del despegue. Él demostró que cuando el personal de la ICU cumplía con el protocolo, las infecciones de línea central se redujeron considerablemente e incluso se eliminaron.