Cuando llegó a Shore Medical Center, Rowe apostó por hacer de la lista de verificación de Pronovost una prioridad. Por todo el hospital se colgaron carteles de hombres y mujeres en la pose del Tío Sam, brazo derecho extendido con el dedo índice señalando, y con las palabras “Quiero que te laves las manos”. Se colocaron dispensadores adicionales de jabón y alcohol en gel en las habitaciones de los pacientes y alrededor de ellas. Los enfermeros empezaron a limpiar la piel de cada paciente con clorhexidina, un poderoso antiséptico, antes de insertar líneas centrales, y una vez más cuando era necesario cambiar el vendaje. Menos líneas centrales significan menos posibilidades de infección, así que los médicos revisaban cada día qué pacientes en realidad necesitaban la IV. Se nombró a un equipo secreto para recorrer el hospital y reportar al personal que no se lavara las manos antes de atender a los pacientes. “Las personas se comportan mucho mejor cuando creen que alguien los está observando”, dice Valerie DeJoseph, directora de calidad del hospital.

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Pronto, el esfuerzo adicional dio sus frutos. En las calificaciones más recientes de Consumer Reports de aproximadamente 2,000 hospitales en la nación, Shore Medical Center obtuvo calificaciones superiores, al pasar 21 meses sin reportar una sola infección de línea central. (Para ver el desempeño de Shore y de todos los demás hospitales calificados, consulta CR.org/central-line-infections).

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