La respuesta es que el probiótico estaba contaminado. La FDA analizó envases sin abrir del mismo lote de probiótico que se le dio a Calvin y descubrieron el mismo hongo que había infectado sus intestinos. Ciertos lotes del producto, ABC Dophilus en polvo, preparado por el fabricante de suplementos Solgar, fueron retirados de las farmacias y droguerías por todo Estados Unidos.

La familia Lee-White presentó una demanda contra Solgar y el Hospital Yale-New Haven, alegando que su bebé había sido envenenado sistemáticamente y que nadie les había advertido sobre los riesgos asociados con los probióticos.

"Como se administró, el suplemento no solo no previno la infección intestinal mortal", dice John Naizby, el abogado de la familia. "El suplemento en realidad causó la infección intestinal mortal". Solgar, el fabricante del probiótico, le dijo a Consumer Reports vía correo electrónico que llevó a cabo una investigación a fondo en cooperación con la FDA y con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y no encontraron ningún contaminante en ningún punto de su propia cadena de suministro. La compañía dijo que las únicas muestras contaminadas encontradas fueron las entregadas a la FDA por la farmacia del Hospital Yale-New Haven.

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El hospital no quiso hacer comentarios para este artículo. Sin embargo, a raíz de la muerte del bebé Calvin, la FDA emitió un comunicado advirtiendo a los médicos que tuvieran mayor cautela con el uso de suplementos que contengan bacterias vivas en personas con sistemas inmunes comprometidos. LA FDA dijo que la evidencia de la seguridad de esta metodología para prevenir la enfermedad intestinal en bebés prematuros era inadecuada, y que deberían llevarse a cabo los ensayos clínicos apropiados.

El problema va mucho más allá de un probiótico contaminado. Los suplementos nutricionales, vitaminas, minerales, hierbas, productos botánicos y una lista cada vez mayor de otras substancias "naturales", han viajado del pasillo de las vitaminas al establecimiento médico convencional. Los hospitales no solo incluyen suplementos en sus formularios (sus listas de medicamentos aprobados), sino que además están abriendo sus propias tiendas de suplementos especiales en el hospital mismo y en línea. Algunos médicos están haciendo lo mismo. De acuerdo con una encuesta de Gallup de 200 médicos, actualmente el 94% recomienda vitaminas o minerales a algunos de sus pacientes y el 45% han recomendado también suplementos de hierbas. Además, el 7% no solo recomienda suplementos, sino que además los vende en su consultorio.

Los consumidores están comprando esos productos por montones. De acuerdo con la revista científica Nutrition Business Journal, las ventas de suplementos han aumentado en un 81% en la última década. Este aumento es fácil de entender: Los suplementos son más fáciles de conseguir que los medicamentos con receta, y tienen la fama de ser más naturales y por lo tanto más seguros. Sus etiquetas a menudo prometen hacer frente a problemas de salud para los que existen pocas soluciones fáciles. ¿Quieres una cintura más pequeña? La garcinia cambogia sirve para eso. ¿Músculos más grandes? Prueba con creatina. ¿Mejor sexo? Yumbina (Yohimbe). ¿Qué te parece un buen impulso a tu cerebro? Ácidos grasos Omega 3. ¿O a tu nivel de energía?  Ginseng.

Es difícil decir qué parte de esos productos suponen un riesgo para los consumidores. Un informe del 2013 de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO) encontró que desde 2008 hasta 2011, la FDA recibió 6,307 informes de problemas de salud por suplementos nutricionales, incluyendo 92 muertes, cientos de enfermedades con peligro de muerte, y más de 1,000 lesiones o enfermedades graves. La GAO sugiere que debido a la información incompleta, el número real de incidentes puede ser mucho mayor.

Una verdadera cifra seguiría siendo probablemente minúscula en relación con la cantidad de suplementos que se compran y se consumen. Pero no hay manera confiable de saber si un suplemento en cuestión es seguro. Y el hecho es que los suplementos nutricionales, que tu médico te podría recomendar y que probablemente están en la farmacia justo al lado de los medicamentos de venta libre confiables o justo frente a los medicamentos recetados, no están siendo regulados de la misma manera que los medicamentos.

"No solo son potencialmente peligrosos los ingredientes publicitados de algunos suplementos", dice el doctor Pieter Cohen, MD., profesor asistente de medicina de la Facultad de Medicina de Harvard que ha estudiado ampliamente los suplementos y ha escrito numerosos artículos sobre el tema, "sino que debido a la forma en que están regulados, a menudo no se tiene ni idea de lo que en realidad se está ingiriendo".